Cuando crees que no se puede poner peor…

7 Ago

Una vendedora teje pacientemente, rodeada de anguilas y tortugas en el mercado popular de Xidawang Lu

El concepto del café en la Beijing que voy conociendo no es sólo el de un producto de lujo. En Venezuela podrá estar dentro de la cesta básica de alimentos, pero aquí un marrón grande cuesta unos 35 bolívares fuertes, ya es caro, sin contar que en algunos sitios se puede almorzar por la mitad de ese precio.

También está mayormente concebido como algo de gran tamaño: grande es realmente grande. Si bien el expreso no falta en un menú, cuando de comprar tazas se trata, lo común es encontrarlas en dimensiones más parecidas a la de Nescafé de Plaza Venezuela.

A la caza de unas pequeñas tazas que sirvieran para tomar un negrito corto en la comodidad del hogar, fui a un mercado popular que me recomendaron y que funciona a cuatro cuadras de casa.

Un sinfín de tiendas al aire libre ofrece ropa, flores, vajillas, ollas, productos para la casa, alimentos para mascotas y, también, mascotas.

Ardillas estresadas dan vueltas frenéticamente en una jaula que no supera los 40 centímetros cuadrados, mientras que los vecinos del piso de abajo son un par de gatos que parecen inmunes a las altas temperaturas del verano chino.

Al lado, una decena de bandejas blancas, que hacen las veces de peceras, albergan una amplia gama de tortugas, anguilas, peces de cualquier tamaño y demás fauna acuática.

Las tortugas son frecuentemente elegidas para adornar los acuarios chinos

Los recipientes son tan estrechos que los animalitos brincan entre uno y otro, y algún infortunado cae en el asfalto caliente sin que el vendedor note el inútil intento de fuga.

Mientras pienso en la efímera y lastimera vida de estos chiquillos, entro al galpón techado del mercado. Sendos pasillos llenos de vidrieras se abren ante mis ojos, e inmediatamente recuerdo aquello de que cuando crees que algo no puede ponerse peor, se pone peor: Sí, estoy en la pescadería.

Decenas de peceras albergan toda clase de productos del mar para la venta

No cuesta mucho entender que los de afuera son privilegiados en comparación con estos, que de seguro deben implorar una muerte rápida. Aquí las anguilas también intentan fugarse, pero ¿quién va a notar que una entre 200 trata de huir?

Las tortugas no están simplemente tiradas como afuera, aquí son más prácticos, están atrapadas en unas redes. Los cangrejos, de todos tamaños y colores, tienen sus tenazas debidamente amarradas, a la espera –uno sobre el otro- de su comensal. Igual suerte corren las langostas.

La variedad contempla hasta langostas australianas

Los camarones y demás especies de menor tamaño permanecen amontonados, vivos, junto a peces que sobreviven en aguas turbias. Algunos, agonizantes, dan sus últimas bocanadas en el suelo, supongo que están contentos de finalmente cumplir el objetivo de su vida: Morir, aunque no en paz.

5 respuestas to “Cuando crees que no se puede poner peor…”

  1. Gabriela agosto 7, 2010 a 4:15 AM #

    Pau, los chinos no son gente

  2. Freddy agosto 7, 2010 a 4:29 AM #

    Que buena forma de conocer cotidianidades de China de primera mano y sobre todo con una carga de humor que no tiene nada que envidiarle a cualquier escrito de Jaime Ballestas. (otrova Gomas), si el tiempo te lo permite debieras escribir a diario, es mejor que leer 24, que ya parece «El derecho de nacer»

    • Paula Ramón agosto 7, 2010 a 10:14 AM #

      Jeje, gracias!! pos sí, estoy tratando de escribir a diario, vamos a ver como se da, gracias de nuevo!

  3. Nélida agosto 7, 2010 a 7:09 AM #

    No te puedes quejar porque todo lo venden muy «fresco»

  4. Blanca agosto 9, 2010 a 12:01 PM #

    Diosss, cuanta crueldad animal!!!! prefiero como aqui, que me venden la carne del animal, sin verlo morir o ver su cadáver.

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