Personalmente difiero de todos los que me dijeron que en China “tooooooooodo es barato”. Durante lo que va de mi estadía, concluyo que mantener el estilo de vida occidental no es nada económico, incluso en comparación con mi devaluada Venezuela.
Lo que me parece innegablemente rentable y práctico es el servicio de taxi. En su gran mayoría, todos están pintados y rotulados. Algunos, los piratas, también llevan rótulos, pero fijan precios personales, así que no son muy convenientes. Según supe, algunas personas recurren a éste trabajo, uno o dos días a la semana, para sacarle provecho a la inversión y cubrir sus gastos: aquí la gasolina no es más barata que el agua.
Si usted está a la espera de un vehículo, es posible identificar si está disponible gracias a la luz roja ubicada a la altura del retrovisor principal. Por supuesto que emplean taxímetro, como en las ciudades razonables del mundo. Que cosa más ajena para nosotros.
El pasajero no sólo puede ir chequeando el avance del precio, sino que, además, todas las unidades tienen en el tablero una tarjeta de identidad del conductor –que luce bien distinto en la fulana foto- y las insignias de ley.
Es fácil pensar para quiénes venimos de países abarrotados de vivos-bobos que, a cuenta de turistas, el “shifú” (algo así como ‘maestro’ en chino) nos va a dar un city tour sólo para tumbarnos unas monedas de más, pero no, al parecer eso no es posible, y no necesariamente por la honestidad o rectitud asiática, sino porque las unidades están monitoreadas.
Así, si un chofer toma una ruta más extensa injustificadamente, puede resultar amonestado por la compañía, gracias al registro satelital que lleva de los carros.
Pero por razones de tráfico, es válido consultar al cliente para seguir un atajo, y de ser el caso pedirá estampar la firma en el recibo para comprobar que el viro fue acordado. Claro, si el usuario no habla chino, no es una opción.
Las facturas (“fapiao” en chino) emitidas tienen en detalle la fecha, hora, distancia del recorrido en millas, precio unitario y total. Todo taxi arranca con 10 yuanes durante el día y 11 en la noche. Al precio total de pantalla hay que agregarle otro yuan que el chofer le justificará con un ticket aparte.
Y para quienes creían que con inglés pueden rodar por estas vías, les cuento que los conductores de casualidad dicen “bye bye”, pero existen herramientas tecnológicas que han simplificado este problema. Una de ellas es el servicio teléfono Guanxi que suministra, en segundos, direcciones en inglés y en caracteres con el envío de un mensaje de texto.
También existe Beijing Taxi Driver, una aplicación para IPod –ya a la venta en formato físico en las librerías- que almacena los datos de centenares de sitios de la capital. Si su destino está en la base de datos, la aplicación desplegará una tarjeta en caracteres, y listo!
De lo que no lo salvará la tecnología ni la organización en esta ciudad es de lo mal que manejan. Si Caracas es la ciudad de los rápidos y furiosos, ésta es la de los lentos y torpes.
Clarooo No van a ser lentos sino pueden agarrar como aquí se dice «los caminos verdes» jejej Saludos Pau Muy Bueno tu Blog
Jejejeje gracias!! besos!!!
Menos mal que allá son lentos y nos listos como aquí, que te tumban, te secuestran y te mantan. Susto!
Muy bien organizado está el sistema de taxis de China, con taxímetro, con factura personalizada, etc, etc, etc. En otros países también aplican esta, excepto por estos lados.