Todos adoramos salir de paseo, y los perros no son la excepción. Ya conté que en esta capital hay varios espacios para deleite exclusivo de los peludos de la casa, pero las aceras y parques internos también son la opción diaria de cientos de chinos que conviven con mascotas.
A diferencia de nuestra convulsionada Caracas -donde ni las papeleras del municipio Chacao con el dibujito del perrito posicionaron el mensaje de recoger los desechos perrunos deben ser recogidos- acá es muy difícil ver las «gracias» de los canes adornando el concreto. Una fortuna, porque considerando que en China las proporciones siempre son enormes, imagínense…
Todos los días, con lluvia o sol, verá decenas de perritos (extrañamente la mayoría son marrones) correteando por la ciudad en compañía de los pacientes dueños.
El área interna del conjunto de edificios donde resido no es una excepción. Los peludos reinan en todo el jardín, y algunos incluso bajan con sus juguetes para distraerse en la grama. Mi pobre Bubú no se une a la fiesta por su pésimo carácter, ya dije que sólo busca enemigos, no amigos.
Una de tantas tardes en que descendíamos al parque, noté en el ascensor un aviso que me llamó la atención: Normas para pasear los perros. La administración se tomó la molestia de explicarnos -a los mascoteros- cuál era el procedimiento a seguir para departir sanamente en el recinto.
Así fue como me enteré que, atendiendo a no sé cual razón, se nos pide evitar pasear a los perros durante la hora del tráfico del ascensor. Cuál es la hora del tráfico del ascensor? Seguro van a responder que al mediodía o cuando la gente vuelve del trabajo, o a primera hora, pero se equivocan. No toma mucho tiempo notar que esto no es Parque Central y que nunca hay una cola para tomar el ascensor.
En todo caso, sí compartí que se debe evitar que el perro moleste a niños, personas con discapacidad o ancianos, en realidad creo que hay que cuidar que el peludín no perturbe la paz de nadie (reflexión de la dueña de la perra que acabó con la paz de casi todos sus congéneres aquí).
Pero lo que más me impresionó fue la tercera y última norma. La administración sin medias tintas recordó a los dueños que su deber es «recoger la m?@#% del perro tan pronto como sea posible». Quizás el perrito de las papeleras de Chacao es muy sútil y por eso no logra su cometido. Será que es necesario abandonar las sutilezas lingüísticas?
Bien bueno…me inspiré con tu perro y también escribi en mi blog sobre el mio-citándote por cierto, porque cogí tus fotos y puse link de tu blog que me parece genial.
Sabes que hoy por fin vi tu entrevista en Tal Cual…queeee? en portada y páginas centrales: Una maracucha en China. Demasiado bueno.
Jajajaja gracias pequeña!!!! Besos!!!