Este lunes fue feriado nacional. La fiesta del bote del dragón se celebra cada año en el quinto día del quinto mes del calendario local. Traducido al occidental, en esta ocasión correspondió al 6 de junio. Muchos aprovecharon el fin de semana largo para viajar, otros celebraron debidamente y, en el caso de la capital, hubo quiénes -como yo- aprovecharon la programación local para salir un poco del Pekín grisáceo que usualmente ofrece comida y vitrinas por atracciones principales.

Algunas integrantes de la "Kama Police", qué hacían? no pude averiguar, más levantaban miradas sin parar...
El Kama Love Festival se instaló en los espacios aledaños al Centro de Deportes Olímpicos. A poquísimos kilómetros del Nido de Pájaros -ese armatoste de acero que testimonió las olimpiadas en 2008- y del Cubo de Agua, ahora transformado en un parque acuático familiar.
Con dos escenarios centrales bautizados como «Amor» y «Esperanza», un pasillo de tiendas al aire libre que ofrecían comidas, camisetas con diseños, chapas y algunos imanes para nevera creativos -como uno que imitaba la imagen de la cadena KFC sustituyendo al abuelo por Hu Jintao, al KFC por PRC (de People’s Republic of China) y dejando el «I love it»-, además de unas carpas que ofrecían una suerte de teatro, danzas y música electrónica.
El cartel fue variopinto y tuvo presencia internacional. Dos decenas de artistas programados fueron turnándose hora tras hora en escena. Entre los foráneos estuvieron los canadienses Cowboys Junkies, los franceses Nouvelle Vague y una nipo-brasilera llamada Lisa Ono que ha popularizado la bossa nova en Asia al punto de que los chinos juran que es música tradicional de Japón.
Cómo es de esperarse el público también fue vario y pinto. En una tarde de sol con lluvia, hubo quiénes llevaron la sombrilla para protegerse de los rayos ultravioletas y el paraguas para mantenerse seco. No faltaron los tacones aguja penetrando el gramado, ni las exóticas combinaciones.
Dejo el retrato de la asistencia porque, después de todo, a veces el espectáculo no está sólo en la tarima.

Hacía calor, y mucho, así que aunque el vestido cerrado negro debió ser una mala elección, quizás fue paleada con la botella helada de champaña

Confieso que no veo con buen ojo la moda en China, pero si algo me gusta es que no existe un dress code. Puedes vestirte cómo sea que en la práctica nada es diferente porque todo es diferente

Una marca? un problema de deletreo? una asociación medianamente graciosa para los testigos hispanohablantes? Todas las anteriores?

Eran parte de una promoción de una emisora radial. Él? no perdía oportunidad para retratarse con los curiosos, ella? ensayó toda clase de poses "sexys" en la cama de almohadones improvisada en la grama. Juntos? delirio de los fotográfos
Excelentes las fotos… casi me siento alla….
Jaja,
De repente me he imaginado a los japoneses bailando bossanova en Okinawa 🙂
Gracias por retratarnos el festival del dragón de Pekín.
A mi, la verdad, me gustaría ver algno en Hangzhou o en algún lugar donde se hiciese la celebración más tradicional.
Aunque me desagradan muchísimo los zongzi.
¡qué le vamos a hacer!
Y aquí no te cobraron por tomar fotos? jajaja… Me gusta la irreverencia de los chinos al vestir!!!
Gracias niñas! pues irreverentes es poco! pero algo diferente siempre cae bien… yo tampoco le conseguí gusto a los zongzi y en serio que probé! pero bue… lo de la bossa es verídico! esta mujer ha puesto a Asia entera a bailar samba y bossa jejejeje, besos a todas!
¡¡Nouvelle Vague!! ¡Qué envidiiia!
🙂