
En la Shanghai de hoy perviven algunas muestras de lo que fuera el estilo arquitectónico predominante en tiempos pasados (Foto tomada del China Daily)
Shikumen es el nombre que define un estilo arquitectónico marca de Shanghai. Estos angostos edificios empezaron a construirse a finales del siglo 19 e incluyen entre sus detalles algunas características occidentales. Con los cambios del país y las prisas que imponen los nuevos tiempos, buena parte de estos bloques del pasado han sido totalmente reemplazados por viviendas acordes a las demandas contemporáneas.
Sin embargo, como el pasado -siempre que superado- puede preservarse para ser teñido con algunas gotas de modernismo, ganando un toque bohemio y virando en sitio para aislarse de las masas y el comercio, junto a más masas y más comercio, algunos sobrevivientes shikumen han sido conservados y guiados en proyectos para incentivar el turismo tal como la concurrida Xintiandi, que da para comer, ir de copas y comprar circulando entre las reminiscencias de la Shanghai que una vez fue.

La circulación entre los callejones de Taikang Lu es asimétrica, mientras algunos parecen una tienda en estación de rebajas, otros lucen como un escape del tráfico. Al fondo de este hay una tienda de tés con una vendedora que no sólo da a probar sino que explica la funcionalidad de cada hierba
Con un intento más «artístico», otro experimento de preservación se ha dado en la ciudad. Taikang Lu está compuesto por varios callejones que se cruzan entre sí creando una vecindad -en apariencia- cerrada al mundo exterior. Enclavado en la zona conocida como la Concesión Francesa, es fácil llegarle por metro, mas puede estar tan aislado -en apariencia- que sólo tomar la salida opuesta del subterráneo y no verá nada que le cuente que está cerca de un complejo de arte, comida y bebida.
Puede conseguir un mapa -en mandarín- en el punto de información al turista que está en la calle frontal, pero al ojo por ciento verá que el lugar está para caminar y descubrir. Como buena parte de las cosas ya descritas aquí, el negocio está en comer, beber, caminar y comprar, o al menos ojear.

Con pasillos angostos, el flujo de visitantes varía conforme a las horas. Si quiere caminar y echar un ojo sin sentirse parte de una multitud entonces aplique aquello de "a quien madruga, Dios ayuda" porque mientras más temprano menos gente, con el atardecer aparecen las muchedumbres
Los pasillos son realmente angostos, hay andamios por doquier que dan la impresión de que algo va a caer encima en cualquier momento. Piezas todavía en construcción o ahora en remodelación, paredes con bloques en obra limpia libres de revestimientos, puertas estrechas y amplias ventanas ayudan a imprimir ese aire antiguo o tradicional que todo turista ansía ver en un país conocido por su antiquísima civilización.

Así luce Taikang Lu desde una de las terrazas de la calle frontal, un mar de andamios y techos a dos aguas
No soy capaz de establecer una media de por qué estos lugares resultan atractivos y relajantes del ultra moderno shopping mall, pero a juicio de esta humilde narradora podría deberse a razones como las variopintas mesas al aire libre, la cosa no tan pulida, la esperanza de ver propuestas distintas, de no comprar la pieza que fue elaborada en millares para más de 100 países, el intimismo de sentirse en medio de una comunidad, las variedades entre callejones en contraste con las simetrías de los pasillos de los centros comerciales, la expectativa de alguna sorpresa, o la necesidad de sentir, por unos minutos, que estás lejos de la ciudad con la certeza de que estás dentro de la ciudad.

Nadie se inmuta por ir debajo de tanto bambú que evidencia aquello de "cuidado, obreros trabajando". Luego de unos minutos en las callejuelas terminará sintiendo que es todo parte del ambiente
Shopaholic confesa, debo contar que salí con las manos vacías, no por falta de opción sino por falta de intención. En materia de comida, las opciones son más internacionales que locales, mientras que no escasean terrazas o espacios abiertos para un café, un helado o unas cervezas.

Decoración de un café-bar... exótica? bizarra? incomprendida? escoja el adjetivo de su preferencia...
En medio de trajes, bolsos, accesorios y peluches también podrá viajar al pasado con tiendas de memorabilia ideológica de la antigua China, donde no faltan los afiches de propaganda o las tazas de peltre con la respectiva estrella roja.

Los restos de mi comida de Indonesia. Nada mal el arroz con piña a no ser por una lluvia de polvillo que cayó de un andamio superior. Los vecinos de mesa eran justo de Indonesia, así que mejores críticos que yo con todos los méritos, opinaron que la comida se ajustaba pero que no era tan típica, igual les queda la mini-reseña del Bali por si andan cerca
Hermoso tour por las callejuelas de Shanghai.
Gracias! el sitio de verdad está bonito, aunque lo malo es que uno termina viendo que, como siempre, la agenda va de compras y comida. Tengo una amiga que hablando de China me decía que se sentía mal de tanto comprar y sólo se había quedado dos meses…