La oficina de correos

10 Mar

No soy de la generación www, viví sin celular hasta los 24, y las pantallas táctiles sí son novedades para mi. Mas, habré acudido a los servicios postales no más de 20 veces en 30 años. Es poco, tomando en cuenta que ocho de esos -los de la vida adulta- los he vivido fuera de lo que nuestros padres nos enseñan a llamar «casa».

En estos tiempos de redes sociales, de celulares que toman fotos y las distribuyen en un sinfín de páginas vistas por un sinfín de amigos y conocidos, de aparatos con vida propia, lo suficiente como para mantener una conversación independiente contigo, de e-mails, twitter e inalámbricos, la oficina de correo postal parece un registro de otros tiempos. No lo es. Documentos con sellos originales y firmas a mano viva son exigidos en cualquier oficina gubernamental. Los objetos aún no se teletransportan y hay requerimientos que no pueden decodificarse en unos y ceros.

Nunca estuve más al corriente de lo necesario de una oficina postal que aquí en China. No por qué la utilice: en dos años apenas una vez tuve que enviar documentos por vía aérea y no virtual. El hecho es que no es posible estudiar mandarín sin toparse con la oficina postal antes de la quinta lección. Cuando comencé a tomar clases de mandarín, aprendí los caracteres que definen a la oficina de correos -邮局- 10 lecciones antes que los de taxi, primer artilugio que uno enfrenta al salir del aeropuerto.

Están allí mucho antes que palabras clave como «servilleta», «idioma chino», «autobús» o «banco». Ligeramente después de «agua», «embajada», «comer» o «nombre». No pregunté para ninguna de las varias profesoras que ya he tenido a qué se deberá la esquematización, pero supongo que obedece a la lógica de que todo extranjero necesita ir al correo de cuando en cuando. Y sí, no es irracional que sí, mas por experiencia propia voy sintiendo que es momento de re pensar el orden de prioridades al definir la secuencia del vocabulario por aprender.

En plan de supervivencia, de los primeros caracteres que logré memorizar fueron los de agua, arriba, abajo, números, salida, baño y, obvio, uno trascendental: metro. Aunque los dos de correo postal figuran en -al ojo por ciento- una cuarta parte de los ejercicios que toca resolver en clases, sólo por fuerza de necesidad académica los conseguí conservar en mi cerebro.

La ecuación es simple: aunque en mi cotidianidad nunca pise este departamento, si quiero aprobar un examen de mandarín tengo que saber que hay un alto porcentaje de probabilidades de toparme con la oficina de correos a la vuelta de la esquina y si no estoy preparada para reconocerla, mi vida no muda, pero sí mi evaluación.

3 respuestas hasta “La oficina de correos”

  1. Romy abril 1, 2012 a 1:32 AM #

    Hola pau siempre he tenido una duda: cómo son las computadoras de los chinos? me vino a la mente cuando vi que pusiste unos caracteres chinos… un abrazo desde tu tierra

    • Pau abril 1, 2012 a 9:27 PM #

      Romy! todo es igual sólo que para escribir en caracteres en celulares y computadoras utilizas un conversor de pinyin. Pinyin es el sistema de romanización del mandarín: cada caracter tiene una pronunciación, el pinyin escribe esta pronunciación usando letras del alfabeto latino. Tú escribes, a través de estos conversores, el pinyin y te da las opciones de caracteres, allí tu eliges el que quieres… Los dispositivos táctiles también incluyen la opción de escribir directamente… gracias por el abrazo!!!! 🙂

  2. Carmen mayo 26, 2012 a 8:24 AM #

    Hola me gusta tu reseña y me gustaria aprender mandarin, si alguna vez estas con tiempo escribeme para agarrar el hilo, ya que muchas veces me desanime por otros factores, carminia3000@hotmail.com.
    Un abrazo

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