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Ascensor del amor

17 Jun

La traducción literal del "Love Elevator" viene a ser algo como "ascensor para los cálidos de corazón". El aviso está dentro de las instalaciones del Nido de Pájaro o Estadio Nacional de Pekín en el Parque Olímpico de la capital

Reminiscencias olímpicas

14 Jun

Parte de la piscina con fines recreacionales dentro del Centro de Deportes Acuáticos construido en Pekín para las Olimpíadas de 2008

En tiempos lejanos cuando ni atisbaba la idea de pisar algún pedazo del continente asiático, recuerdo haber visto un documental sobre la construcción de los dos principales escenarios de las olimpíadas de 2008 desarrolladas en Pekín. El Centro Acuático y el Estadio Nacional fueron diseñados, pensados y construidos para el evento deportivo en lo que pasó a llamarse el Parque Olímpico en el distrito de Chaoyang. Todo mundo se refiere a ellos como el Cubo de Agua y el Nido de Pájaro por sus diseños exteriores. Estructuras anti-sísmicas, tecnología y recursos ecológicos fueron las principales características a destacar de las imponentes obras que permanecieron en la media mundial durante un mes.

La pregunta siempre es qué hacer con estos mamotretos cuando termina el furor de la competencia. Definitivamente que los chinos no la tendrían tan difícil para llenar sendas instalaciones. Caso más dramático sería el del estadio de fútbol con más aforo de Venezuela, construido en la ciudad oriental de Maturín para la Copa América de 2007 y que podría dar silla a 12% de la población local, si hubiese tal demanda, claro está.

En Pekín el turismo parece ser la principal respuesta hasta la fecha. Visitantes del interior del país incluyen el Parque Olímpico como punto de parada obligatorio en sus recorridos por la ciudad. De fácil acceso a través del sistema de metro, el Nido de Pájaro se aprecia con mayor elegancia en tanto de más lejos se le mire. La foto-turista es mejor lanzarla algunos metros antes de llegar porque entre más se acerca, el imponente diseño se va desvaneciendo. La taquilla para vender las entradas está a unos 25 metros de la principal puerta de ingreso, clara señal de los tiempos de gloria que impondrían largas filas para los asistentes.

Interior del Nido de Pájaro una mañana de fin de semana

Una vez adentro, un campo pulcro aplastado por artefactos y cableados, está rodeado de sillas perfectamente vacías. No hay ruidos mayores a los de voces aisladas de los pocos visitantes. La sensación es de un espacio hambriento de uso. En contadas ocasiones ha sido desempolvado luego de las olimpíadas y sus pistas de atletismo ahora sirven para que los aficionados al segway paseen sin parar.

Algunas tiendas de memorabilia de Pekín 2008 continúan vendiendo gorras, camisas, bolsos, peluches y cualquier cosa con la figura del Nido impresa o en relieve. También hay un mini-museo de cera afín y un par de cafetines funcionando.

Minnie y el Pato Donald aprovechan para tomarse fotos con los visitantes en las inmediaciones del Parque Olímpico. En lo que el calor comienza a calentar, estos íconos de Disney tiran sus cabezas de disfraz para poder respirar un poco. Los niños? fascinados con la oportunidad. A falta de Disneylandia...

Al extremo opuesto se alza el Cubo de Agua con su particular diseño de pompas de jabón. Más visitado desde que el año pasado parte de él fuera transformado en un parque acuático, mantiene dos tarifas de entrada, una para quiénes sólo quieren vistear las enormes piscinas cuasi vacías, y otra para los que van a ingresar al ala que sirve de espacio recreacional.

Una de las tres piscinas de competición que se mantienen en el Cubo de Agua

En el lado de las piscinas aún permanecen las banderas de los países participantes en la contienda. En las dos principales no hay el menor movimiento, mientras que en una tercera algunos practican sus brazadas.

Escena del parque acuático construido dentro del Cubo de Agua abierto al público

El parque es otra cosa. Piscinas con poca profundidad, más hacia una idea de playa artificial, están adornadas con decenas de objetos que lanzan agua a los visitantes o simplemente decoran el set. Toboganes altísimos que desembocan en canales, otros para deslizarse con botes de plástico y mini-jacuzzis completan el lugar.

El outfit incluye trajes de baño más cubiertos que los que acostumbramos a ver en nuestros trópicos, gorro y lentes de natación, con el plus de algún tipo de salvavidas. Una mañana de sábado todo mundo se divierte. Con el calor de 30 grados que comienza a azotar en la capital y el prometedor verano en ciernes, esta suerte de Fisher Price con motivos marinos parece una forma acertada de aprovechar las reminiscencias olímpicas.

Toboganes y deslizantes, además de inflables. Cuánta cosa acuática existe aquí está a la orden del día