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Fiesta en Elorza con swing japonés

11 Jun

 

Si de gastronomía se trata, es poco probable conseguir semejanzas entre una arepa y el sushi. Sin embargo, en el ámbito cultural hace 20 años un par de jóvenes en Japón encontraron algunas semejanzas y crearon “Arepa y Sushi”, la primera agrupación que se dedicó, en exclusiva, a tocar música venezolana en tierra nipona.

Jun Ishibashi, antropólogo y profesor de la cátedra “Introducción a la interpretación de la música latinoamericana” en la Universidad de Tokio, explica que antes del dueto, algunos grupos venezolanos, como Ensamble Gurrufío y Costa Caribe, dieron los pininos en la tarea de presentar al Caribe en el Pacífico asiático.

Doctor egresado de la Universidad de Tokio, con más de dos décadas dedicado a la difusión de la música venezolana en el extranjero, nueve de los cuales vivió en Caracas, Ishibashi parece haber plasmado sus esfuerzos en la concreción de la Estudiantina Komaba, agrupación musical que integra en su repertorio calypso, merengue, gaita y joropo, entre otros ritmos. El grupo compuesto por estudiantes japoneses de diversas áreas consiguió armar un set de 30 canciones en perfecto español, incluyendo piezas de Ilan Chester y Evio di Marzo, y ofrecen conferencias-conciertos a un público entusiasta que aplaude al son de “Fiesta en Elorza” a miles de kilómetros del poblado apureño, para probable delirio de Eneas Perdomo.

Cuándo se formó la Estudiantina Komaba?

Nació el 1 de agosto de 2009, durante el primer concierto realizado para marcar el fin de curso de mi cátedra. Actualmente, la Estudiantina está formada por egresados de la clase que quieren seguir tocando música venezolana durante todo el año.  

Por qué música venezolana?

La idea surgió luego de más de 25 años de trabajo en la difusión de la música venezolana fuera de su territorio. Viví desde 1987 hasta 1996 en Caracas y realicé varias investigaciones de campo sobre la cultura popular venezolana, además de compartir y producir espectáculos con músicos locales. Este lazo ha permitido que artistas como El Cuarteto con Huguette Contramaestre, Ensamble Gurrufío, Ricardo Sandoval y Mattias Collet, Leonard Jácome, Rafael «Pollo» Brito, Marco Granados con VNote Ensamble y Caracas Sincrónica, hayan visitado la Universidad de Tokio en el marco de la Semana Cultural de Venezuela.

Cómo adquirieron los instrumentos?

Todos con presupuesto personal, y traídos de Venezuela gracias a la colaboración de músicos visitantes. Debido a la importancia del proyecto, en estos momentos estamos buscando la  posibilidad de recibir donaciones de instrumentos para continuar con nuestro trabajo.

Han viajado a Venezuela o recibido asesor a de músicos venezolanos para armar su repertorio?

Uno de los aportes más significativos ha sido el del maestro Maurice Reyna, agregado cultural de la Embajada de Venezuela en Japón. Además de él, cuando músicos del género visitan Japón nos dictan talleres. La Estudiantina como tal no ha ido a Venezuela, pero dos de los integrantes sí han ido para asistir a talleres con los maestros Ernesto Laya, Gérson García, Javier Marín y Cheo Hurtado.

Cómo siente la recepción del público japonés cuando presentan ritmos tan diferentes?

El patrón rítmico venezolano es difícil, no sólo para los japoneses sino para todos los que no comparten la misma cultura, inclusive para los demás latinoamericanos. Pero tras esta última década de pedagogía, descubrí que era más fácil llevarlo a la práctica, no sólo explicando o haciéndoles escuchar, sino haciéndoles participar en el ritmo en ensamble. Ahora, al culminar nuestra conferencia-concierto, vemos que el público que escucha por primera vez joropo termina acompañándonos automáticamente con las palmas mientras interpretamos “Fiesta en Elorza”.

Cuáles son los retos de un grupo japonés que trabaja con la música de un país caribeño?

Lo difícil es aprender el swing y contextualizar el contenido en experiencia vivida. Hay que aprenderlo parrandeando, así que lo intentamos hacer con los músicos venezolanos que nos visitan.

Venezuela hace un buen trabajo en materia de preservación y difusión cultural?

El Estado venezolano carece de una estrategia firme de difusión de la cultura. Hay algo de politización, amiguismo, nepotismo e improvisación, y carece de asesoramiento de especialistas. Por ejemplo, recientemente el Grupo Tambores de San Millán realizó una gira por Vietnam.  Siendo que mi tesis doctoral devino en la única etnografía publicada sobre esta comunidad, de haber coordinado, de paso una visita a Japón, podría haber sido una oportunidad propicia para la promoción de la cultura venezolana. Por qué no se hizo? Sin embargo, bajo el actual Gobierno se registraron algunas mejoras al definir los lineamientos sobre la difusión de la cultura popular y tradicional en la Ley Resorte.

Tienen programada alguna gira en los próximos meses? planes de ir a Venezuela?

En Japón hemos ofrecido conferencias-conciertos en 7 provincias, y nuestra meta es visitar 47 provincias, pero nuestro sueño es realizar una gira por Venezuela dentro de cinco años. 

Entrevista publicada el 10 de junio en el diario Últimas Noticias

El tricolor en el metro de Pekín

28 Oct

Un francés que pasó algún tiempo en la Venezuela contemporánea solía decir que las únicas cosas que allí funcionaban eran El Chigüire Bipolar y el Sistema Nacional de Orquestas Juveniles e Infantiles. La afirmación sonará radical o ajustada al caso dependiendo del lado en el cual cada ciudadano se sitúe. Sea cual fuere el caso, no veo nada mal en que el humor y la música continúen funcionando en un país donde hace rato cuesta trabajo ver avances.

Si bien el Chigüire sólo puede ser comprendido por lectores que hayan vivido las vicisitudes de Venezuela debido a que su humor exige contexto criollo, El Sistema quizás haya recibido más ovaciones internacionales que locales. Hasta probable sea que muchos venezolanos nos enteráramos que algo así existía luego de que filmaran y exhibieran aquél documental «Tocar y Luchar» donde reconocidos músicos europeos expresaban su admiración por el proyecto que que ya tiene más de tres décadas formando niños y adolescentes en las lides musicales.

La Orquesta Juvenil de Caracas ofreció un concierto en Pekín la semana pasada. Casi doscientos músicos que no superaban los 25 años -con la excepción del director que, a sus 28, uno termina tildando de «mayor«- se presentaron en una de las salas del Centro Nacional para las Artes, principal recinto de la ciudad para la música y el teatro.

Familiarizados o no con la música clásica, las ovaciones de los asistentes fueron creciendo con la noche, lo que comenzó con un aplauso de bienvenida se fue transformando hasta virar un estallido en el bis.

Detalles técnicos? no puedo darlos, mis nulos conocimientos en el tema no me lo permiten, pero puedo asegurar que los espectadores parecían deleitados, y cómo no? si la música tiene esa magia y poder de mover los ánimos, más si es interpretada de forma regia y por jóvenes que a sus cortas edades ya suman kilos de partituras.

Para el bis los chicos cubrieron sus trajes y vestidos con la chaqueta que emula el tricolor nacional. Dejaron a Tchaivkosky e interpretaron el choro brasileño Tico-Tico no Fubá. Bailaron los instrumentos a son del Mambo. Llenaron la sala de gritos, silbidos y ovaciones. Algunos no podían parar de batir las palmas. En medio de la algarabía, los músicos ofrecieron sus chaquetas tricolores como regalos de recuerdo para los asistentes, quiénes, entusiasmados, corrieron a hacerse con su souvenir. 

Y siendo una noche del incipiente invierno pequinés, algunos desfilaron su presente recién ganado de inmediato. Podrá quedar como otra hazaña anecdótica de El Sistema: hacer a la tricolor venezolana pulular por la línea 1 del metro de Pekín.

Concerteando!

7 Jun

Este lunes fue feriado nacional. La fiesta del bote del dragón se celebra cada año en el quinto día del quinto mes del calendario local. Traducido al occidental, en esta ocasión correspondió al 6 de junio. Muchos aprovecharon el fin de semana largo para viajar, otros celebraron debidamente y, en el caso de la capital, hubo quiénes -como yo- aprovecharon la programación local para salir un poco del Pekín grisáceo que usualmente ofrece comida y vitrinas por atracciones principales.

Algunas integrantes de la "Kama Police", qué hacían? no pude averiguar, más levantaban miradas sin parar...

El Kama Love Festival se instaló en los espacios aledaños al Centro de Deportes Olímpicos. A poquísimos kilómetros del Nido de Pájaros -ese armatoste de acero que testimonió las olimpiadas en 2008- y del Cubo de Agua, ahora transformado en un parque acuático familiar.

Con dos escenarios centrales bautizados como «Amor» y «Esperanza», un pasillo de tiendas al aire libre que ofrecían comidas, camisetas con diseños, chapas y algunos imanes para nevera creativos -como uno que imitaba la imagen de la cadena KFC sustituyendo al abuelo por Hu Jintao, al KFC por PRC (de People’s Republic of China) y dejando el «I love it»-, además de unas carpas que ofrecían una suerte de teatro, danzas y música electrónica.

El cartel fue variopinto y tuvo presencia internacional. Dos decenas de artistas programados fueron turnándose hora tras hora en escena. Entre los foráneos estuvieron los canadienses Cowboys Junkies, los franceses Nouvelle Vague y una nipo-brasilera llamada Lisa Ono que ha popularizado la bossa nova en Asia al punto de que los chinos juran que es música tradicional de Japón.

Cómo es de esperarse el público también fue vario y pinto. En una tarde de sol con lluvia, hubo quiénes llevaron la sombrilla para protegerse de los rayos ultravioletas y el paraguas para mantenerse seco. No faltaron los tacones aguja penetrando el gramado, ni las exóticas combinaciones.

Dejo el retrato de la asistencia porque, después de todo, a veces el espectáculo no está sólo en la tarima.

Hacía calor, y mucho, así que aunque el vestido cerrado negro debió ser una mala elección, quizás fue paleada con la botella helada de champaña

Confieso que no veo con buen ojo la moda en China, pero si algo me gusta es que no existe un dress code. Puedes vestirte cómo sea que en la práctica nada es diferente porque todo es diferente

Una marca? un problema de deletreo? una asociación medianamente graciosa para los testigos hispanohablantes? Todas las anteriores?

Una repetida costumbre en la moda chinesa, la familia vestida igual no estuvo ausente en la arena

Eran parte de una promoción de una emisora radial. Él? no perdía oportunidad para retratarse con los curiosos, ella? ensayó toda clase de poses "sexys" en la cama de almohadones improvisada en la grama. Juntos? delirio de los fotográfos

No había lluvia en este momento. Las sombrillas estaban al aire para impedir que los rayos ultravioletas tostaran la piel. Los chinos aman una piel blanca, y algunos incluso aguantaron el calor de 30° dentro de carpas con tal de evitar el sol

Nada como unos buenos tacones para caminar sobre arena y grama, así como para aguantar un show de 8 horas. Al menos eso pensó esta y una centena más de chicas